-No, no puede ser...
-Es, cariño- le contestó la mujer, aproximándose hacia ella con su paso de felino, observando compasivamente el rostro cubierto de sudor, frío y pegajoso, el cual hacía ver aún más espectral el rostro consumido de la criatura, los saltones globos oculares cubiertos de telarañas sanguiñolentas, las ojeras en torno a ellos, que hacían ver los ojos como pozos abandonados: obscuros y vacíos- Me resulta impensable que te hayas tragado el cuento fantasioso que intentaron venderte. Regla primordial de la materia: no puedes sacar "algo" de donde hay "nada".
-¡No! ¡Mientes! ¡Intentas darme una razón para estar de tu lado! ¡Pues adivina qué! ¡No lo conseguirás!- clamó la criatura con todas sus fuerzas, agitándose frenéticamente de un lado hacia el otro, haciendo crujir ruidosamente las aldabas de metal que la mantenían sujeta a la fría pared. Los pies, que se encontraban unidos a la altura de los tobillos, también se movían, en un intento frenético de huír de aquél sitio infernal.
-Cielo... debes entender...
-¡No me llames "cielo"!- espetó una voz de trueno, que hizo que el resto de los que se encontraban en la misma posición que ella se encogieran al escucharla hablar así: jamás la habían escuchado expresarse de aquella manera- ¡Tú y yo no tenemos una sola gota de sangre en común!
-Comienzo a creer que debo ser más clara- musitó la anfitriona de aquél espectral sitio luminoso, cruzándose de brazos en un gesto omnioso pero teatral al mismo tiempo- Yo soy tu...
-¡No lo digas!
-Yo soy tu madre. Y éstas son tus hermanas: Astrid y Cora.
-¡NO!
¡Santa Cachucha!...
ResponderEliminarNo entendí ni madres, ¿no? xD pero eso se vio de suspenso buuuuuu... O_o ¿Qué es?