viernes, 20 de julio de 2012

Triángulo


Triángulo. by Diana Harlu Rivera on Grooveshark 
 
 

Violet Lacrosse
-¿Cómo que está saliendo con alguien más?- preguntó casi a gritos, pero con voz muy baja, la escandalizada criatura; abriendo de manera desmesurada su hermoso par de ojos verdes, incrédula ante lo que acababa de escuchar. Frente a ella, la morena de iris semejantes a los de ella, sonreía muy poco complacida: tampoco le había agradado la noticia, pero supo que era su obligación comunicársela a su mejor amiga, en espera de que pudiera hacer algo al respecto o, de manera contraria, detener alguna de sus acciones.

-Es lo que escuché- le explicó la delgada mujer, cruzada de brazos, exhibiendo sus huesudas muñecas; mientras tanto, el sol vespertino caía directamente en su recién recuperado tono de cabello, de un castaño trigueño encantador- Además de que se les ha visto juntos en algunos eventos.

-No entiendo...- replicó la angustiada chica de nariz respingada y pequeños lunares en sus mejillas- Creí que...

-Cielo, nadie puede culparte- la tranquilizó su compañera, colocando la palma de una de sus manos suaves sobre su antebrazo, en señal de apoyo- Después de todo, ustedes dos no son propiamente...

-¿Una pareja?- escupió ofendida la humanoide, observando indignada a su mejor amiga, la cual sabía que había metido la pata al expresarse así, más no se sentía arrepentida, puesto que era la verdad. Aquella, en particular, era una de sus mejores cualidades: era hirientemente sincera- ¿Y eso le da derecho a tirarse a quien le dé la gana? ¿A salir "formalmente" con alguien que no soy yo?

Annya Nikova
 -Cariño, es que no es tu novio- insistió Annya Nikova, haciéndole ver lo evidente a Violet Lacrosse: no tenía de qué quejarse si ella aceptaba tan displicente la situación en la que Andreas la tenía metida- Tú tienes derecho a hacer lo mismo, puesto que entre ustedes no existe una situación de compromiso.

-¡Y vaya que lo voy a hacer!- despotricó enfurecida la modelo, tronándose los nudillos de manera estrepitosa, produciendo un crujido espectral una vez que lo hizo- Ya veremos a quién le duele más...

-Selick tenía razón...- musitó Annya, antes de tomar un pequeño sorbo del vaso que sostenía entre manos, ante la mirada inquisidora de la menor de las hermanas Lacrosse- Dijo que no te quedarías con los brazos cruzados cuando te enteraras.

-Se nota que ella me conoce mejor que tú- acusó la humanoide- Sabes que tengo el coraje suficiente para hacer estas cosas.

-Claro- consintió de inmediato la humana, volviendo a cruzarse de brazos- Sin embargo, yo sí pensaba que tenías el suficiente raciocinio como para salirte de esto. Ya déjalo, Vi... sabes que tienes muchas buenas oportunidades con otros muchachos.

-¿Y quién dice que quiero a otro?- apuntaló la testaruda criatura, mientras observaba al despreocupado mánager reírse de manera natural, rodeado por su grupo de amigos. Sorprendida ante el inusual comportamiento de la genio que tenía frente a sí, Annya entendió que, aún en especies tan avanzadas como los humanoides, el amor seguía siendo un fuerte impedimento mental y emocional, una vez que te atrapaba entre sus redes.

-Vi...

-Voy a buscar a Sascha- expresó Violet, de la nada, irguiéndose firmemente delante de su amiga, la cual la miraba horrorizada. A lo lejos, divisó a su tierno objetivo, con sus pupilas fijas en las dos personas que lo acompañaban, tomados de la mano, charlando animadamente con él. A lo lejos, Lacrosse pudo escuchar su conversación y casi de inmediato, supo que al chico no le molestaría que lo alejara abruptamente de aquél sitio- Si no regreso... bueno, no voy a regresar. Con tu permiso.

Sascha Bennet
Así, caminando con seguridad de sobra y asegurándose de pasar frente al lugar donde el rubio mánager de Tokio Hotel se encontraba sentado, la humanoide se deslizó graciosamente, hasta llegar a su objetivo, el cual la notó de inmediato. De manera discreta, como si súbitamente se interesara en la charla que Alexei y Natalie daban a Sascha sobre sus ocho meses de noviazgo, la mujer se apostó en la parte trasera del asiento de madera, recargándose de forma que sus senos sobresalientes y altivos le rozaban el cuello al hombre al que súbitamente había tomado entre sus brazos. De inmediato, la temperatura del sujeto que aún se encontraba apostado en la silla de tapicería blanca comenzó a elevarse, haciendo que éste comenzase a hiperventilar, consciente de que no resistiría así demasiado tiempo.

Poco a poco, la discreta mano del humanoide fue deslizándose de una de las recargaderas del mueble hacia el muslo descubierto de su hermosa acompañante, la cual comenzó a sonreír, bastante complacida de sí misma, en cuanto se dio cuenta de que sus macabros planes estaban surtiendo efecto: a pocos metros de distancia, en la misma dirección, Andreas no le podía quitar la mirada de encima a la pareja y, a pesar de que Sascha era uno de sus mejores amigos, se sentía con unas ganas tremendas de ir y molerlo a golpes, por tener sus sucios dedos encima de la que consideraba "su chica".

Después de todo, la situación que se había dado entre ambos, Violet y Andreas, había sido culpa del segundo de ellos, desde el primer momento en el que la vio. Cautivado por su inusual belleza y su escultural cuerpo perfecto, contemplarla semi desnuda y únicamente cubierta por una especie de sustancia brillante y pegajosa había resultado excitante para él, aún más que le tocara sentarse junto a ella en el jet de regreso, siendo que ésta difícilmente utilizaba algo más que una camisola larga que le habían encontrado.

Más tarde, el contacto entre ellos se volvió un tanto complicado, dado que Tim se negaba a alejarse de su hermana a sol y sombra, además de que, en un principio, contrario a lo que se esperaría de él, Georg se ofreció para alojar en su pequeño y austero departamento de soltero al par de hermanas, las cuales consintieron profundamente agradecidas; así, eran pocos los momentos en los que Andreas llegaba a coincidir con Violet sin que Georg o Tim estuviesen presentes y, en aquellos en los que llegaba a suceder, se encontraba precedida por Sascha, quien tampoco la abandonaba en absoluto. De aquella manera, convivir con el objeto de su deseo resultaba casi imposible, hasta una buena noche en la cual el alemán estuvo de suerte.

Puesto que para algunos de los humanoides, Sascha específicamente, visitar distintos clubs se había vuelto casi tan indispensable como respirar, el resto del grupo de amigos gustosamente lo acompañaban, unos retirándose más temprano que otros. En aquella ocasión, por alguna extraña coincidencia, a él le tocó cuidar de Violet por el resto de la noche, siendo que Tim y Georg se encontraban ajenos a ellos, enredados en sus propios amoríos y Sascha no parecía muy gustoso de compartir tiempo con la menor de las hermanas Lacrosse. Aburrido hasta los huesos, el atractivo muchacho jamás esperó lo que le llegó aquella noche.

Andreas Hoffman
Sentada al lado del callado administrador, la curiosa criatura observaba atentamente a las parejas que se movían en la pista del baile y, súbitamente, se puso de pie, antes de girarse hacia Andreas, a quien le exigió que le mostrara cómo hacer lo mismo. Sintiéndose un tanto extraño, al hombre le costó trabajo dar de sí y muy a su pesar acompañó a la delgada chica a uno de los extremos del cuadro iluminado, cuidando que nadie lo observara; sin embargo, para su sorpresa, resultó que Violet no sólo sabía bailar, sino que lo hacía de una manera súbitamente llamativa y sensual.

Cautivado por aquella actitud dominante que exudaba la humanoide, Hoffman se dejó seducir hasta que, apenas un par de horas después, la encontró encima de él, sujetándolo por los hombros con todas sus fuerzas y moviéndose en un vaivén exquisito sobre su pelvis, con sus hermosos párpados fuertemente cerrados.

De ahí en adelante, se volvieron inseparables. Él, con la excusa de mostrarle más acerca de la vida de lujo que llevaba, la motivó abiertamente a desenvolverse en aquellos ambientes; comprándole ropa, accesorios, zapatos y demás con tal de tenerla contenta y presentable, se jactaba de llevar de la mano a la que en poco tiempo se convirtió en una super modelo codiciada, aún más que Frances y Annya. Encantada ante tal cantidad de atención, a Violet nada le costaba dejarse ir entre todas aquellas fantasías, hasta el momento en el cual se dio cuenta de que, más que la vida de excesos y desenfreno que llevaba, estaba enamorada de Andreas. Cuando menos comenzó a notarlo, se mostraba celosa frente a otras mujeres que se le acercaban y se sentía excesivamente enferma cuando no podía pasar tanto tiempo con él como le hubiese gustado.

Así, lo que comenzó como una amistad se había vuelto un peligroso triángulo amoroso en el cual, sin deberla ni temerla, Sacha terminó metido, a causa de términos irresueltos que había entre Violet y él; de aquella manera funcionaba lo suyo: Andreas dejaba a Violet por otra mujer, ella se vengaba buscando a Sascha para consolarse y después de un rato de sentir los celos hirviéndole a todo lo que daba, Andreas se daba el lujo de regresar al lado de la humanoide.

Ante la mirada escandalizada del mánager, la pareja de humanoides se puso de pie en un momento determinado, excusándose frente a Alexei y Natalie, los cuales les sonrieron de manera condescendiente, antes de marcharse discretamente, cuidándose de no encontrar a Tim en su camino hacia la puerta de entrada de los Shäfer. Sabiendo que aquella era su oportunidad para reconciliarse con ella, el mejor amigo de los gemelos Kaulitz se echó a correr hacia Lacrosse, hasta que la hubo tomado del antebrazo con un fuerte agarre de su parte, lo cual la dejó ella un tanto sorprendida, puesto que no lo veía venir.

-¿Puedo llamarte después?- cuestionó el alemán, sintiéndose miserable ante la visión de su mejor amigo llevándose a la chica que siempre le servía de repuesto cuando las demás no le eran suficiente.

-Veremos si te contesto- replicó groseramente la hermosa criatura, quitándoselo de encima con un gesto. Sonriendo complacido, Sascha se alejó con Violet tomada de la cintura.


1 comentario: